Consejos para tener las mejores fotos de boda
Victoria Cascajares 02.04.2025

Las fotos de tu boda pequeña son los recuerdos que conservarás de uno de los días más importantes de tu vida. Hablamos de fotos que te harán revivir ese momento con la misma emoción cada vez que las mires. Son tu cápsula del tiempo. Así que dada la importancia de estas fotos, aquí dejo unos consejos para tener unas fotos memorables.
1. No escatimes en el fotógrafo. De verdad, no lo hagas
Como decía las fotos son lo único que quedará cuando todos se hayan ido y el vestido esté guardado en el fondo del armario. ¿Te imaginas dentro de 20 años mirando las fotos de tu boda y dándote cuenta de que las hiciste con un teléfono móvil de los 90, o peor, con un fotógrafo que no estaba a la altura? No lo hagas. La fotografía es una inversión, no un gasto. No escatimes en el fotógrafo. Es una de las decisiones más importantes de tu boda. Puedes prescindir de elementos decorativos po no de un buen fotógrafo.
2. Las posturas forzadas: ¡la muerte de la naturalidad!
Un buen fotógrafo nunca te las pedirá y si en su dossier las ves, te debería dar pistas de que ahí no es. Las posturas forzadas son el enemigo número uno de una buena foto de boda y en realidad, de cualquier foto. Ya sabes a qué me refiero. Ese momento en que el fotógrafo te pide que pongas las manos en forma de corazón o que hagas el paso de baile con la novia semitumbada en tus brazos, como si estuvieras interpretando una escena de película. ¡Por favor! Esos momentos no solo son ridículos, sino que además no reflejan la verdadera emoción del día. Las fotos más bellas son las que capturan los momentos naturales, las sonrisas espontáneas, los abrazos sinceros, los gestos que surgen sin previo aviso. Si quieres fotos que cuenten tu historia de manera auténtica, olvídate de las posturas ensayadas. Las fotos más impactantes son aquellas que te hacen sentir que, al mirarlas, puedes casi oír las risas y revivir la magia de ese día. ¡Esas son las fotos que se quedarán contigo para siempre!
3. ¿La luz? Tu mejor amiga
Cuando se trata de fotografía, la luz es tu aliada más poderosa. Un buen fotógrafo sabe cómo aprovechar cualquier tipo de luz: desde la luz suave del atardecer hasta los reflejos que se crean en un salón con luces cálidas. La luz puede hacer que una foto mediocre se convierta en una obra de arte. Por eso, asegúrate de que tu fotógrafo sepa cómo jugar con ella, cómo iluminar tu rostro sin que parezca que estás en un plató de cine barato. Y si la boda es por la noche, no caigas en la trampa de pensar que cualquier fuente de luz servirá. Una luz amarillenta que apaga los detalles no es lo que buscas, ¿verdad? Así que, aunque puede que no seas un experto en iluminación, asegúrate de que el fotógrafo sepa cómo sacar provecho del entorno y crear una atmósfera única en cada foto.
4. Planificar las tomas... pero sin perder lo espontáneo
A ver, nadie quiere un álbum de bodas en el que todas las fotos sean exactas, milimétricamente planeadas y posadas. La magia de las bodas está en lo inesperado, en esos momentos que no se pueden predecir: el primer beso, el abrazo con los padres, el estallido de risas durante el brindis. Los mejores recuerdos no son los que planificas hasta el último detalle, sino aquellos que se dan de manera natural. Ahora bien, no está de más tener algunas ideas claras sobre lo que te gustaría capturar: un retrato bonito con tu familia, la foto de los novios en la entrada, la gente bailando. Habla con tu fotógrafo sobre lo que te gustaría tener en el álbum, pero no te obsesiones con que todo se vea exactamente como en las fotos de Pinterest. Las fotos más auténticas y valiosas son aquellas que parecen captar la esencia del momento.
5. El fotógrafo es un narrador visual. No lo olvides
Tu boda tiene una historia que contar, y el fotógrafo es el narrador de esa historia. No es solo cuestión de captar el primer beso o la foto de los novios mirando al horizonte. El buen fotógrafo sabe que la historia se cuenta con cada detalle: la emoción de la madre ayudando a la novia a ponerse el velo, la mirada cómplice entre los novios antes de entrar al banquete, ese momento fugaz en el que todos los invitados ríen a carcajadas. Un buen fotógrafo no solo toma fotos, cuenta historias a través de imágenes. Y eso es lo que realmente perdura. Asegúrate de elegir a alguien que entienda la narrativa de tu boda, que sepa capturar esos momentos que, si bien pueden no ser los más evidentes, son los que cuentan la verdadera esencia del día.
6. La química con tu fotógrafo es clave.
Tu fotógrafo no solo es el profesional encargado de capturar imágenes; también debe ser alguien con quien te lleves bien, alguien que entienda tu estilo, tus deseos y, sobre todo, que sepa cómo hacerte sentir cómodo. La relación que tengas con tu fotógrafo influirá directamente en la calidad de las fotos. Si hay química entre ambos, no necesitarás posar. Las fotos serán naturales, porque estarás completamente relajado, disfrutando del día sin preocuparte por la cámara. Si te sientes incómodo o tenso, las fotos reflejarán esa ansiedad. Así que, cuando elijas a tu fotógrafo, asegúrate de que haya una conexión, de que entiendas su estilo y, sobre todo, que confíes en él o ella. Si no te sientes cómodo delante de la cámara, ¡mejor que busques a otro!
Conclusión:
Si hay algo que debe quedar claro es esto: las fotos de boda son una inversión, no un gasto. No se trata solo de tener unas imágenes bonitas, sino de asegurarte de que esas fotos cuenten tu historia de manera auténtica y memorable. Olvídate de las posturas forzadas, las fotos impostadas y la búsqueda del fotógrafo más barato. Las mejores fotos son las que capturan lo que realmente importa: los momentos genuinos, la luz adecuada, la química perfecta y, sobre todo, el amor que rodea ese día tan especial.